1º Circunstancias de los toros
Los toros que hayan de lidiarse en esta corrida concurso habrán de tener la edad adecuada de cuatro a seis años y el trapío suficiente para que su presencia de la imagen del auténtico toro de lidia.
No obstante, para que no se produzca fricción entre estas bases y el reglamento taurino, en el tablón colocado sobre la puerta de toriles en el que figuran los datos correspondientes a cada toro-nombre, ganadería, número y Hierro, etc… se pondrá también de manifiesto el peso bruto. Este no podrá ser inferior a 450 kilos.
2º De la Lidia
La antigüedad de las ganaderías participantes, determinará el orden de salida de la reses al redondel.
Teniendo en cuenta que por la fisonomía singularmente “torista” de las corridas-concurso, es el toro el eje fundamental de las mismas, la normativa de la suerte de varas, indudable crisol y medida de la bravura, se ajustará a lo siguiente:
El toro ha de acudir al caballo del picador, tres veces por lo menos, ( bien entendido que el puyazo a toro corrido no cuenta). El no cumplimiento de este requisito inhabilita para optar al premio. Cuando para dictaminar con la suficiente precisión sobre la bravura del toro se estime conveniente elevar a más de tres el número de entradas de la res a la cabalgadura pero por el excesivo castigo o por la escasas fuerzas de aquellas la ejecución efectiva de los puyazos extraordinarios podría ser contraproducente para el desarrollo de la lidia, estas varas añadidas serán ejecutada de modo simulado, es decir, señalando sin recargar.
La colocación del toro y del picador montado al aprestarse uno y otro a consumar cada vara, ha de hacerse a base de no rebasar ni el caballo la raya de la circunferencia más cercana al centro del ruedo, y mirando desde él. Mas, teniendo en cuenta que la mayor largura de la arrancada es buena nota de orientación respecto de la mayor bravura, queda establecido para esta corrida-concurso; que al toro se le procurará colocar en el punto más prudentemente alejado de su raya; y que el picador partirá hacia el toro para ejecutar el puyazo, de junto a las tablas del callejón.
Aparte de las rayas circulares, se marcarán en el ruedo dos rayas radiales: una de ellas arrancará de debajo del palco de la presidencia; y la otra del burladero del tendido 1. En la zona de redondel demarcada entre ambas, se llevará a cabo la suerte de picar a cada toro, salvo el supuesto de que alguna razón sustancialmente taurina aconseje otra cosa.
3º Público e indulto.
Como quiera que el público ha venido tradicionalmente ejerciendo el juicio supremo sobre la bravura del toro, es a él a quien corresponde solicitar el indulto de aquellas reses que se estimen merecedora del mismo por el buen juego dado durante la lidia, con reserva de la última decisión que corresponderá a la presidencia, según normativa vigente.
En este caso, el indulto a petición del público, que éste manifestará sacando pañuelos blancos, se podrá conceder por la presidencia durante la práctica del último tercio de la lidia, haciendo sonar los clarines, previo asesoramiento de los señores miembros del jurado.
El diestro, a partir del momento en que la presidencia concede el indulto, simulará la suerte de matar con una banderilla, retirándose en tanto que por la banda de música se interpretará el himno al toro.
Perdonada la vida del animal, será retirado a los corrales de la plaza por los cabestros.
Los trofeos al matador, en este caso indulto, serán otorgados por la presidencia en la forma reglamentaria, si bien las orejas y el rabo serán simbólicos.
4º Del Jurado.
Es pieza fundamental de las corridas-concurso, inexistente en las corridas normales, la que se conoce con el nombre de “Jurado”
Debido al carácter singular de esta corrida-concurso se establece que la presidencia solo será ejercida por el jurado que componen los señores asignados a tal efecto.
5º Función del jurado.
Al jurado le competen las facultades de toro tipo, propias del presidente de una corrida normal. Pero la función decisória más importante del jurado es la que tiene su proyección en el fallo del concurso. A este fin, durante la lidia de los distintos toros, los miembros del jurado de la corrida irán tomando sus notas privadas sobre el comportamiento de cada res atendiendo especialísimamente al primer tercio. No harán pública ninguna calificación hasta después del arrastre del último toro. Entonces, el jurado de la corrida pondrá en conocimiento del público, dentro de la misma plaza, el fallo en el que quede constancia de los premios otorgados o de los que hayan podido resultar desiertos.
El fallo del jurado, decisorio en su plenitud, es inapelable.
El jurado formado por:
Luis Parra “Jerezano” Matador de toros. (cumple 50 años de alternativa)
José Luis Galloso Matador de toros.
Antonio Lozano. Matador de toros.
Alfonso Barroso. Picador toros.
Antonio Ruiz López. Veterinario.
Lucas Carrasco. Ganadero.
Curro Orgambides. Periodista.
Javier Bocanegra. Periodista.
Elena Aguilar. Aficionada
Juan Belmonte. Periodista y será además secretario del jurado.
Presidenta de honor. Alcaldesa de Jerez, María José Garcia-Pelayo.
6º Premios
1.- Premio al toro que el jurado considere más completo de los lidiados, consistente en un catavino de oro donado por el Excmo. Ayuntamiento de Jerez de la Frontera.
2.- El jurado podrá conceder una oreja de plata, trofeo del Excmo. Ayuntamiento de Jerez, al matador que más se haya distinguido en la lidia de los toros.
3.- El Excmo. Ayuntamiento de Jerez concederá un catavinos de Plata al varilarguero que mejor realice la suerte de picar.
4.- Distinción especial para el banderillero que haga mejor brega.
7º Aceptación a estas normas.
El mero hecho de concurrir a esta corrida-concurso, presupone la total sumisión tanto a las presentes normas como al fallo que emita el jurado, que en este caso será inapelable.
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